En el ADN de Klap está la realización de prototipos de producto, ya que es una disciplina propia del diseño industrial.

Aún siendo un elemento necesario, en estos últimos años hemos comenzado a utilizar el concepto de Mínimo Producto Viable proveniente de metodologías ágiles de emprendimiento como Lean Startup, Customer Development, …

Ambos conceptos tienen similitudes y diferencias que en ocasiones nos llevan a confundirlos.

Este post nace con la idea de aportar nuestra visión sobre las diferencias entre ambos conceptos y así poder entender qué nos puede aportar cada uno y sobre todo, cuando utilizarlos.

El concepto de prototipo, ya sea un producto físico, un servicio, una web, … está muy extendido y se conoce a fondo.

En el caso del Mínimo Producto Viable, nos gustaría comenzar por un ejemplo que sirva para contextualizar y entender el concepto.

 

Ejemplo clásico de Mínimo Producto Viable (MPV)

El mínimo producto Viable nace con la intención de experimentar. Experimentar para aprender y avanzar en nuestro proyecto.

Uno de los experimentos de MPV realizados habitualmente en internet es el experimento de Mago de Oz. Es un experimento que necesita poco desarrollo de producto y que satisface las necesidades del cliente de una forma muy básica, prácticamente de forma manual.

Un ejemplo que ilustra claramente este tipo de Mínimo Producto Viable es el caso de Bill Gross que en 1998 quería comprarse un coche.

Con esta intención recorrió los concesionarios de California con el objetivo de comprar el coche que él quería. La experiencia de compra no fue demasiado gratificante, ya que por problemas de Stock, concesionario, … en ningún sitio encontró el coche exacto que él quería.

Por este motivo, pensó si no podría ser posible comprar el coche que quisieras por internet, sin tener que depender de stock, comerciales, …

Con esta idea decidió crear un sitio web al que se pudiera acceder, configurar el coche a tu gusto, ver el precio al momento y tras abonar una parte con tu tarjeta de crédito esperar a la entrega.

Pensemos que en 1998 este planteamiento tenía muchas incógnitas de funcionamiento, ya que la compra de producto en Internet aún tenía muchas barreras.

Antes de poner el proyecto en marcha Bill tuvo que escuchar de todo: “Las personas no van a utilizar su tarjeta de crédito online, o es más, nadie va a adelantar dinero por un coche sin antes verlo. Igual tu lo harías, pero piensa que nadie más se atreverá”.

Con todas estas incertidumbres, Bill enseguida identificó cuales eran los principales riesgos de su idea, por lo que decidió realizar un experimento con un MPV para saber exactamente lo que los clientes podrían querer y sobre todo hacer. Dependiendo del resultado, darían los siguientes pasos o desestimaría la idea.

Bill contrató a Bob para ayudarle a diseñar el experimento sobre la idea en 90 días.

En el día 30 realizaron una reunión.

– Hola Bob, ¿cómo va la cosa?.

– No se, … me está costando contactar con los concesionarios para que me cedan coches.- Le contestó Bob.

– Te estás equivocando – respondió Bill. – No necesitamos llamar a ningún concesionario. Cuando un cliente quiera un coche saldremos a buscarlo y se lo entregaremos en su localidad. Aunque perdamos dinero-.

Pasado unos días, otra vez Bill preguntó a Bob.

– ¿Qué tal va la web?

– Bueno, estamos teniendo un problema para que el cliente pueda elegir el tipo de coche. Hay muchas variables diferentes y nos está costando programarlo para que quede limpio y claro para el usuario.

– Siento decirte que te estás volviendo a equivocar. Vamos a dejar que escriban en un campo de texto lo que quieran y punto. No tenemos que desarrollar más de la web. Queremos saber si alguien comprará y si pagarán por ello, ese tema ya lo resolveremos si existe interés-.

El día 80 desde que entró Bob al proyecto lanzaron la web por la noche.

Reunidos a la mañana siguiente Bill preguntó:

– Bueno, que pasó ayer noche.

– Vendimos cuatro coches.

– Pues cierra la web ahora mismo, que por cada coche que vendemos perdemos dinero- Dijo Bill.

De esta forma nació Cars Direct.

Este ejemplo, extraído del libro Emprendedor Lean, nos sirve para entender que el esfuerzo a realizar en cada momento debe estar marcado por el objetivo concreto que queremos conseguir.

 

Diferencias entre Prototipo y MPV

Una vez ilustrado con un ejemplo lo que es un Mínimo Producto Viable, vamos a puntualizar las principales diferencias con el prototipo.

Inicialmente, debemos constatar que estamos ante dos conceptos complementarios y necesarios en el proceso de creación de un nuevo producto o servicio.

Aún siendo complementarios, bajo nuestro punto de vista, las diferencias entre ambos se sustentan en los siguientes elementos:

1.- «Con o sin» el modelo de negocio

Un prototipo se centra estrictamente en el producto o servicio que se está desarrollando. Independientemente de otros aspectos relacionados con el proyecto, se trabaja como una entidad independiente de otros elementos claves para el éxito del proyecto (segmentos de cliente, propuesta de valor, canales, ingresos, …).

Por el contrario, el Mínimo Producto Viable trabaja desde una perspectiva más global, teniendo en cuenta más aspectos. El concepto de experimentación para el que se crea el Mínimo Producto Viable se centra en contrastar aspectos específicos del modelo de negocio, pasando el desarrollo de producto a segundo plano, a merced del modelo de negocio.

Es decir, el MPV está relacionado con el modelo de negocio global, no solamente con el producto físico o el servicio.

2.- Desarrollo de producto >> Desarrollo de cliente

» … en estos momentos, las empresas no fracasan por no poder desarrollar su producto sino porque ese producto no interese a nadie…». Steve Blank

En entornos de incertidumbre (Tech, Health, Green, …) donde las ideas en realidad están basadas en hipótesis, nuestro principal problema está en saber si nuestra idea interesa a alguien y si estará dispuesto/a a pagar por ella.

Bajo esta teoría nace el Desarrollo de Cliente frente al Desarrollo de Producto que ha sido el eje central del lanzamiento de los nuevos productos hasta ahora.

Podemos decir que el prototipo trabaja sobre el Desarrollo de Producto y el MPV sobre el Desarrollo de Cliente, que es una metodología desarrollada por Steve Blank.

3.- Como herramienta de Experimentación

Un prototipo es un elemento de test y prueba de diferentes aspectos del producto. El prototipo se utiliza para ver volúmenes, testar funcionalidades, contrastar sus uso, …

Sin embargo, el Mínimo Producto Viable buscar testar otros elementos más allá del propio producto o servicio. En algún caso, como el explicado, se creó un prototipo de web para validar el canal de comercialización.

En el MPV generamos prototipos orientados a los objetivos del experimento, más allá a de los aspectos físicos y funcionales del propio producto.

 

Como conclusión podemos decir que si estamos en entornos de alta incertidumbre, nuestro principal problema será saber si nuestro producto solventa realmente una necesidad o alguien estará dispuesto a pagar por ello. Con este planteamiento tendremos que compatibilizar los prototipos con el Mínimo Producto Viable, intentando no consumir recursos ni tiempo innecesariamente.

Hasta otra.

 

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