FAST FOOD vs. SLOW IDEAS

Ser creativo es una cruz.

Que sí, que alguien me dirá que lo que es una cruz es ser informático. Negativo.

Si eres informático, la gente te pregunta cuando se les ha colado un virus en el ordenador. Cuando eres creativo, la gente te pregunta sobre todo lo demás.

Porque detrás de la frase: “Tú que tienes ideas, mira a ver cómo…”, ahí cabe todo. Desde aspectos más ingenieriles del tipo: “… cómo puedo sujetar esto con esto otro…”, a aspectos más estéticos “… cómo quedaría esto así”, a otros puramente prácticos “qué le regalo a tu padre”, pasando por otros intrínsicamente humanos “mira a ver cómo haces para que tus primos vuelvan a hablarse…”.

En fin, que parece que una tiene que tener respuesta a todo. Y no una respuesta cualquiera, ¡ojo!, que cuando das una solución medianamente estándar te miran con cara de: “Me esperaba más de ti.”, “Eso no es muy original.” o, la que más me gusta: “Eso ya lo podía haber pensado yo”… por Dios… ¡¿y por qué no lo has hecho?!

Y es que, lamentablemente, conseguir una solución brillante a un problema en 5 minutos es como querer comer gourmet en McDonals.

La buena comida no es Fast food. Y las buenas ideas tampoco son Fast. Es necesario dar un tiempo para la preparación, la generación y la evaluación de las ideas.

Prepararse para tener ideas es como juntar todo lo que necesitas para empezar a cocinar. Invertir tiempo en esta preparación será más efectivo que lanzarse a preparar un plato y al poco darse cuenta que te faltan la mitad de los ingredientes.

Prepararse para dar solución a un problema significa en este caso “comprensión”, “inmersión”, “investigación” del problema.

La duración que quieras darle a esta parte del proceso dependerá de la importancia del problema, de su prioridad, y por supuesto de lo que te apremie el cliente. Quizá no en este orden…

Y cuidado, como he dicho antes, en 5 minutos no se puede esperar que aparezca una solución brillante, pero tampoco la calidad del resultado es proporcional al tiempo invertido… dedicar una cantidad ingente de horas es, además de ineficaz, antieconómico.

A priori uno nunca sabe cuánto tiempo es el adecuado, pero sí se puede hacer una estimación que, hasta donde yo sé, sólo te la da la experiencia.*

Hasta aquí es todo bastante obvio. Sin embargo, muchas personas en puestos intermedios o incluso gerentes de empresas, me han transmitido su descontento porque sus empleados no son creativos, no aportan ideas, no dan soluciones novedosas

  • Pero… ¿les das tiempo?
  • ¡Para eso nos reunimos!

 

 

Mira mi cara.

Las reuniones son el espacio para la generación de ideas. Acabas de saltarte el primer paso, la preparación, imprescindible.

Este es uno de los problemas endémicos en las empresas: el de no dar tiempo para nada que no sea “producir”.

Si no quieres una idea a 5,95€ con patatas y bebida incluida, por favor, detente. Prepárate y empieza a investigar.

Las ideas y la comida, slow… please.

 

(*Nota: siempre puedes empezar con un enfoque “Lean”: dedica un tiempo mínimamente razonable, una especie de “Mínima investigación viable” y ponte a trabajar con el objetivo de sacar a la luz cuánto te falta para comprender mejor el problema y repetir el proceso.)